Se podría decir que el origen de la Farmacia se remonta prácticamente a los orígenes del hombre, aunque por supuesto no como la conocemos hoy en día.
En tiempos prehistóricos el brujo-curandero o hechicero-sacerdote era a la vez médico y farmacéutico, por lo cual puede considerarse que la farmacia nació con la medicina.
En la Grecia antigua, los médicos ambulantes iban de ciudad en ciudad para ejercer la profesión médica, que así tuvo comienzo en el siglo VI AC. Las figuras máximas de esta medicina griega basada en el empirismo fueron Hipócrates (466-377 AC), el "padre de la medicina", y Claudio Galeno (131-201 AC), quien actuó entre los romanos.
En la antigüedad aún no había aparecido el farmacéutico propiamente dicho, aunque sí existía la función y el arte farmacéutico (perfeccionado por Galeno, quien dio las bases técnicas para la preparación de las principales formas farmacéuticas). El médico que visitaba al enfermo y diagnosticaba el mal era el mismo que se encargaba de preparar y aplicar el ungüento.
Sin embargo, ya actuaban auxiliares de la medicina como los rizótomos, que recogían y vendían las yerbas medicinales; los farmacópolos, vendedores de medicamentos compuestos; los pigmentarios, que se dedicaban a operaciones de tinturas para embellecer; los ungüentarios, que aplicaban pomadas o ungüentos perfumados, etc. Es probable que de los mercaderes auxiliares de la medicina de la antigüedad derivaran los que luego fueron apareciendo en la Edad Media, como precursores del farmacéutico.
Si bien en la antigüedad ya existía una distinción entre el médico y el preparador de las medicinas, será durante la Edad Media que la farmacia se separa de la medicina, como rama independiente del arte de curar. Fueron los árabes los encargados de iniciar en sus dominios la profesión farmacéutica, independiente de la medicina.
En el siglo IX, Sabur-Ebn-Sahl escribió el primer Grabadin, verdadero código farmacéutico, precursor de las futuras farmacopeas. En el siglo IX aparecen en el mundo árabe verdaderos farmacéuticos, científicamente preparados y capacitados, en cuyas oficinas, se vendían drogas (casi siempre hierbas medicinales), perfumes y especias. Esta nueva clase de farmacéuticos adquirió gran fama, ya sea en los hospitales como en diversos servicios del Estado. Los médicos comenzaron a escribir las recetas de los medicamentos, que eran preparadas y dispensadas por los boticarios. En la misma época en que nacían las farmacias o boticas, tenía un gran desarrollo la alquimia, que tuvo el gran mérito de haber creado las primeras farmacias con su retrobotica convertida en laboratorio químico.
El documento fehaciente más antiguo que se posee acerca de las primeras farmacias es una miniatura árabe del siglo XII, que aparece en un manuscrito hebraico de Avicena, conservado en la Universidad de Bolonia. En este documento se ve a un boticario retirado detrás del despacho, en acto de preparar un medicamento o un producto aromático.
Estos preparados los disponían en vasos de cerámica, ricamente decorados y alineados en los estantes. Son estas preparaciones que los árabes introdujeron en Europa por los grandes puertos comerciales de Génova, Venecia o Salerno, las que enriquecieron las farmacias medievales.
Ya en la Edad media, los árabes propagaron las farmacias en Asia menor, el norte de África, España y el sur de Francia e Italia. Poco después, a partir de las Cruzadas, las farmacias se fueron instalando también en el mundo cristiano.
En la ordenanza de 1233 se reglamentó el ejercicio de la farmacia, que hasta entonces había estado confundida con los comercios de drogas y especias, estableciendo como autoridad al "Collegium Medicorum", encargado de vigilar todos los establecimientos de farmacia. Los farmacéuticos se dividían en dos clases: los stationarii, que vendían los medicamentos simples con arreglo a una tarifa oficial, y los confectionarii, que preparaban los prescritos por los médicos.
En el edicto de Federico II de Suabia, documento considerado la "Carta Magna" de la farmacia, se consagraron tres principios fundamentales, adoptados luego universalmente:
- Separación entre la medicina y la farmacia, fundamentada en la ética profesional.
- Supervisión oficial del ejército profesional.
- Obligación de preparar los medicamentos de acuerdo con normas uniformes, fijándose un Formulario Oficial, el "Antidotarium Nicolai Salernitani".
En este edicto figuraban además dos prescripciones que no se han consagrado en todos los países:
- Limitación del número de farmacias.
- Fijación gubernamental del precio de los medicamentos.
De esta manera, quedó fundada y normalizada la profesión farmacéutica, afianzada a su vez por el prestigio y el poder de los Colegios o Gremios, representativos de la clase.
Las boticas medievales. Para la elaboración de medicamentos, en las antiguas boticas medievales al comienzo sólo se manipulaban productos naturales, conocidos como drogas galénicas. Los médicos árabes incorporaron nuevos fármacos en las fórmulas (polifármacos) y nuevas formas farmacéuticas (aguas destiladas, jarabes, emulsiones y looch).
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