Celebración de cumpleaños. Su origen.



Los primeros aniversarios son de mucho antes que el cristianismo. Egipcios, griegos y romanos celebraban cumpleaños de dioses, nobles y gobernantes. Al ser una costumbre pagana, los cristianos no celebraron los cumpleaños hasta el siglo IV, e incluso el nacimiento de Jesús no se celebró por este motivo. Todavía hoy día existen religiones en las que no celebran los cumpleaños.

Las varias costumbres que la gente observa hoy día al celebrar sus cumpleaños se remontan a mucho tiempo atrás en la historia. Nacen dentro del dominio de la magia y la religión. En la antigüedad, las costumbres de felicitar, dar regalos y hacer una fiesta  -con las velas encendidas que la completan- tenían el propósito de proteger de los demonios al que celebraba su cumpleaños, y de garantizar su seguridad durante el año entrante. Hasta el cuarto siglo, el cristianismo rechazó la celebración de los cumpleaños como una costumbre pagana.
 
Con el ascenso del cristianismo, la tradición de celebrar los cumpleaños cesó por completo. Para los primeros seguidores de Cristo, oprimidos, perseguidos y martirizados por judíos y paganos, y que creían que los niños entraban en este mundo manchadas ya sus almas por el pecado original de Adán, el mundo era un lugar duro y cruel, en el que no había razón para celebrar el cumpleaños de nadie.

Los historiadores de la Iglesia interpretan muchas referencias cristianas primitivas a los aniversarios como el paso a la otra vida, el aniversario de un santo no es aquel en que nacieron en la carne, sino aquel en el que mueren. Había otra razón por la que los primeros Padres de la Iglesia predicaban contra la celebración de los cumpleaños. Ellos consideraban estas festividades, originadas entre egipcios y griegos, como reliquias de las prácticas paganas.



Las velas de la tarta

La costumbre de poner velas en una tarta se puede trazar hasta los tiempos de los griegos, cada 6º día del mes se ofertaban a la diosa Artemis (diosa de la caza y símbolo de fertilidad) unos pasteles de miel que se colocaban en el altar con velas encendidas.

Posteriormente el círculo de velas formaba parte de un ritual que protegía al homenajeado de los malos espíritus durante un año. Esto causó durante años que la Iglesia Católica considerase que la celebración del cumpleaños era un rito pagano. Fue hasta el siglo IV d.C. cuando se empezó a difundir la fiesta de la Navidad como cumpleaños de Cristo, el 25 de diciembre en occidente y el 6 de enero en oriente. Esto hizo que, con el tiempo, también los cristianos festejaran sus propios cumpleaños uniendose al de su Salvador (restos de este sentido cristiano del cumpleaños queda en una antigua tradición alemana que ponía en las tortas de cumpleaños la cantidad de velas que correspondían a la cantidad de años del cumpleañero más una vela grande que era la "luz de la vida" o la "luz de Cristo").


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