¡Mi hijo no quiere comer nada!


Niños sin apetito, que se niegan a comer o gritan, ensucian toda la cocina, cierran la boca y derrumban todo el contenido de su plato pueden convertir la hora de la comida en un verdadero martirio para los padres.

Este tipo de situación no huye de la normalidad, los niños rechazan la comida por diferentes motivos, incluso para llamar tu atención. El problema puede ser resuelto con mucha paciencia y cariño

Ø Hasta los seis meses tu niño no tiene que ingerir nada más que leche materno, el suple todas las necesidades nutricionales del pequeño.

Ø Debes ser un buen ejemplo, un niño puede no sentirse atraído por carne, por ejemplo, pero aprenderá a comer y saborearla si en casa existe este habito. Por otro lado, a tu hijo le puede encantar las frutas, pero si te ve a ti rechazando una manzana con mala cara, quizás pierda este gusto.

Ø No insistas demasiado, la oferta de un volumen de alimentos más grande de lo que el niño es capaz de comer, reduce el placer de la hora de la comida y aumenta la ansiedad de los padres, no fuerces porque crees que el niño está comiendo poco.

Ø Prefiera los alimentos básicos y vaya añadiendo, poco a poco, otros ingredientes y sabores. Así, tu niño podrá conocer el color, sabor, textura de cada alimento.

Ø Olvida las técnicas para hacer los niños comer sin que siquiera se den cuenta, como ofrecer comida con la tele encendida o con su juguete favorito al lado para distraerlo. La hora de la comida es solo hora de la comida.

Ø Si hay algún alimento que tu hijo no quiere comer de ninguna forma, sustituya por otro del mismo grupo nutricional. Por ejemplo, si ofreces brócoli y a él no le gusta, hace escándalo y se niega a comer, prueba espinacas. Insistir en que coma un alimentos muchas veces, puede reducir el placer de comer y acabar con su apetito.

Ø Puedes cambiar también la forma de preparar, si tu hijo no quiere espinacas al vapor, preuba añadir las hojas en un sándwich u omelette.

Ø Ofrezca comidas en raciones pequeñas y coloridas, separadas en el plato de forma divertida. No ofrezca cremas mezcladas que no tienen color, ni sabor definidos.

Ø El humor de los niños también cambia, si hoy no quiso 
comer mitad del plato, compensa los nutrientes mañana.


Ø Alimento no es recompensa, ni castigo. La vieja historia “si no comes, no ves la tele” no es beneficiosa, los alimentos no pueden estar vinculados a sentimientos, ni a premios. Los niños deben comer porque es bueno para su salud, por ejemplo, deben comer zanahoria porque es buena para los ojos, pescado porque es bueno para el cerebro.

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