Agua es vida. Es de los elementos más importantes en la
vida del ser humano, por no decir el más importante. Sin embargo, una vez que
se distribuye embotellada, no digamos que su propiedad saludable se pierde,
pero entra a su composición algunas cosas más.
Según su contenido mineral (sin embotellarse) se clasifica
el agua como:
Mineralización muy débil: su residuo seco (minerales totales
presentes) es de hasta 50 mg/l.
Mineralización débil: son aquellas que contienen menos de
500 mg/l.
Mineralización fuerte: contiene más de 1.500 mg/l de residuo
seco.
Bicarbonatada: Contiene más de 600 mg/l de bicarbonatos.
Sulfatada: Contiene más de 200 mg/l de sulfatos.
Clorurada: Tiene más de 200 mg/l de cloruro.
Cálcica: Contiene más de 150 mg/l de calcio.
Ferruginosa: Contiene más de 1 mg/l de hierro.
Acidulada: Contiene más de 250 mg/l de CO2.
Sódica: Tiene un contenido mayor a 200 mg/l de sodio.
Magnésica: Su contenido supera los 50 mg/l de magnesio.
Fluorada: Contiene más de 1 mg/l de fluoruros.
Beneficios que estos minerales aportan a nuestro cuerpo:
Calcio: Ayuda a fortalecer huesos y dientes. También ayuda a
dar tono muscular y controla la irritabilidad nerviosa.
Magnesio: Ayuda a la relajación muscular, es un calmante y
energizante natural, también participa en el equilibrio energético de las
neuronas, manteniendo así sano al sistema nervioso. Ayuda a fijar el calcio y
fósforo en dientes y huesos participa en el equilibrio hormonal, ayuda a
prevenir enfermedades cardiovasculares, a tener una relajación óptima y al
sueño, así como a controlar la flora intestinal.
Sodio: es muy importante en el metabolismo celular,
participa en las transmisiones de impulsos nerviosos y en las contracciones
musculares.
Hierro: Ayudan a la correcta oxigenación tisular y ayuda a
oxigenar a las células.
Cloruro: Participa en la transportación de oxígeno a las
células, mantiene el correcto nivel de pH en los jugos gástricos y estabiliza
los fluidos corporales.
Fluoruro: Fortalece el esmalte previniendo enfermedades de
los dientes. El exceso de este compuesto es tóxico y puede provocar fluorisis,
con el efecto opuesto al que buscábamos, ya que debilita el esmalte (provocando
más caries), y debilita nuestros huesos (descalcificación y osteoporosis).
Bicarbonato: Ayudan a la digestión y neutraliza la secreción
gástrica.
Sulfatos: Ayudan al aparato digestivo en general y a la
piel.
Potasio: No genera un beneficio notable debido a su ínfima
cantidad.
Ahora bien, una vez que el agua se embotella, pasa a ser
agua purificada o desmineralizada, por lo que gran parte de sus componentes son
filtrados y/o estabilizados de cierta manera.
El agua mineral se caracteriza por ser una agua pura en su
lugar de origen (deben salir de un manantial), y esas propiedades especiales no
pueden nunca ser creadas artificialmente y obtenerse tal calidad de agua.
¿Como elegir el tipo de agua más apropiada?
No debe dejar que la variedad de productos existentes en el
mercado provoquen confusiones, aquí una pequeña guía de reglas básicas para
tener en cuenta.
Ante todo, controle las etiquetas de los productos y verifique que no sobrepasen los niveles máximos recomendados:
Ante todo, controle las etiquetas de los productos y verifique que no sobrepasen los niveles máximos recomendados:
Sodio (Na) 20 mg. por litro
Potasio (K) 10 mg. por litro
Sulfatos (SO4) 25 mg. por litro
Nitratos (NO3) 10 mg. por litro
Flúor (F) 1.5 mg. por litro.
Por otro lado, es sumamente importante verificar la fecha de vencimiento de las aguas embotelladas. Estas fechas suelen ser de uno a dos años desde la fecha de vencimiento, pero deberían claramente indicarse en los envases.
Potasio (K) 10 mg. por litro
Sulfatos (SO4) 25 mg. por litro
Nitratos (NO3) 10 mg. por litro
Flúor (F) 1.5 mg. por litro.
Por otro lado, es sumamente importante verificar la fecha de vencimiento de las aguas embotelladas. Estas fechas suelen ser de uno a dos años desde la fecha de vencimiento, pero deberían claramente indicarse en los envases.
Otro punto importante es observar el lugar en que se almacenan las aguas, no
deben ser expuestas al sol por largos períodos, ni sometidas a temperaturas
elevadas.
Las aguas que brindan la mayor seguridad son aquellas que cuenten con algún
dispositivo para garantizar que el contenido de éstas sea el que se indica,
tapas a rosca con una vaina finita sujeta al cuello de la botella y que, una
vez que se abre resulta imposible cerrarla herméticamente sin percibir que ya
ha sido abierta. Otro dispositivo es un sello pegado al orificio superior de la
botella y que una vez abierto no puede volver a sellarse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.