¿De dónde procede la costumbre en los actores de plasmar sus huellas en el suelo?

Esta tradición empezó en 1927 de manera casual, cuando la actriz Norma Talmadge, dejó por accidente sus huellas en forma de pisada a las afueras del teatro chino Grauman, ya que habían unas obras cercanas con cemento fresco.
 
Norma Talmadge (1893-1957)
Dicho accidente, llegó a ser una nueva publicidad donde las estrellas del cine eternizaban sus huellas para el futuro. Pero han existido algunas excepciones y no siempre fueron manos o pies las huellas que se plasmaron:
Harold Lloyd plasmó estampadas las huellas de sus gafas; Betty Grable, dejó para la posteridad las huellas de sus piernas; Groucho Marx y George Burns, estamparon las huellas de sus puros; Al Jolson, sus rodillas; Sonja Henie, las cuchillas de sus patines; Jimmy Durante y Bob Hope dejaron sus narices; y John Wayne, dejó su puño.
Las famosas estrellas del western William S. Hart y Roy Rogers imprimieron perennemente las huellas de sus revólveres. También han existido excepciones en que fueran personas las que plasmaran sus huellas: los caballos de Tom Mix (”Tony”), Gene Autry (”Champion”) y Roy Rogers (”Trigger”) marcaron con las  huellas de sus pezuñas junto a las estrellas que los montaron.
Tan sólo existió una persona que no estaba en relación con el mundo del celuloide y que dejó sus huellas en el cemento frente al teatro: la madre de Grauman.

Teatro Grauman

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