Una amplia gama de problemas de salud como el
estreñimiento, las hemorroides, la colitis, la enfermedad de Crohn, la
diverticulitis, los trastornos ginecológicos, el cáncer de colon, la hernia
hiatal y el reflujo gastro esofágico, los trastornos de la próstata y las
disfunciones sexuales potencialmente se derivan de la costumbre de hacer
las deposiciones sentados. Cagar sentado es malo para la salud.
Los problemas intestinales y pélvicos pueden estar
relacionados con la postura incorrecta al momento de defecar, así lo sugiere la
evidencia.
Según estudios recientes, la mitad de la población mayor de
40 años de edad puede sufrir de estreñimiento y de hemorroides.
Las molestosas hemorroides, según esos mismos estudios, son
en gran parte el resultado del esfuerzo excesivo que se hace al defecar
sentado.
Pues sencillamente la que el ser humano utilizó durante
milenios de años en forma instintiva y natural, conocida como «en cuclillas»,
que en los tiempos modernos se ha cambiado por la de sentado.
La postura «en cuclillas» es un modo de sentarse doblando el
cuerpo de modo que las nalgas se acerquen al suelo o descansen en los talones.
Los retretes públicos de griegos y romanos eran construidos
para que en ellos se adoptara esta posición con facilidad.
Pero a partir del siglo XIX se generalizó el uso del inodoro
que obliga a defecar sentado a pesar de que muchos estudios médicos realizados
han comprobado la inconveniencia de esta posición para la salud.
Explicación anatómica de por qué se debe evacuar «en
cuclillas».
Para que las heces fecales depositadas en el último tramo
del intestino grueso (recto), no se salgan espontáneamente el organismo dispone
de unos mecanismos de seguridad u obstáculos que solo pueden ser superados
cuando adoptamos la posición de cuclillas.
Esta posición, por lo tanto, es la única posición natural
para la defecación.
En cualquier otra posición el colon está en «modo
continencia» porque el recto es «cerrado» por el musculo puborrectal que
lo tensiona o lo jala hacia adelante formando un ángulo con la posición del
ano. En cambio, cuando flexionamos las rodillas hacia el abdomen, el músculo
puborrectal se afloja y permite que el recto adopte una posición alineada con
el ano, como se puede observar en el siguiente diagrama.
Intentar evacuar en la posición de sentado hace que la
eliminación sea incompleta y difícil (es como si intentáramos manejar un carro
teniendo el freno de mano o de estacionamiento activado).
Es una evacuación difícil porque tenemos que hacer mucha
fuerza para obligar a las heces a superar el estrangulamiento que el músculo
puborrectal forma en el recto.
Ese esfuerzo equivale a la repetición de una maniobra
conocida como «valsalva» que produce una sobrecarga en el sistema
cardiovascular.
Se conoce como maniobra Valsalva cualquier intento de
exhalar aire con la boca y la nariz cerradas que tiene como resultado un
drástico aumento de la presión dentro de la cavidad torácica, que reduce
el flujo sanguíneo en las venas cercanas a la aurícula derecha del corazón.
Los efectos de este sobreesfuerzo, como se ve, son adversos
ya que incluyen una interrupción temporal del flujo cardiaco.
Sólo con la posición tradicional acuclillada, el
cuerpo está alineado de una manera que promueve la completa eliminación
intestinal. Como se puede ver en el diagrama, al estar en cuclillas
se endereza y se relaja el recto.
La postura en cuclillas mantiene los intestinos naturalmente
limpios e impide el estancamiento fecal que crea un caldo de cultivo para
infecciones e inflamaciones.
Con raras excepciones, los gastroenterólogos nunca mencionan
el valor terapéutico de defecar en la postura «en cuclillas.»
Muchas veces el paciente reporta haberse curado de alguna
enfermedad colorrectal por haberse cambiado a la postura en cuclillas para
hacer del baño, pero el gastroenterólogo no comparte esa información con
sus otros pacientes por temor a quedarse sin trabajo.
En la posición en cuclillas se previene el estreñimiento y
las hemorroides.
La postura en cuclillas es recomendable para las personas
que presentan descoordinación entre el recto y al ano en el momento de la
defecación (anismo). En condiciones normales la contracción del recto para
evacuar debe ser correspondida con una relajación del esfínter anal. Cuando
esto no sucede así y en vez de relajarse el esfínter anal se contrae o se
cierra, las heces no salen o lo hacen apenas parcialmente quedando la sensación
de que no se ha evacuado correctamente.
Las ventajas de la evacuación «en cuclillas», entre otras,
son las siguientes:
1. La evacuación es más rápida, más fácil y, sobre
todo, más completa por lo que no habrá lugar a que haya «estancamiento fecal»
en el intestino. Como se sabe el estancamiento fecal es el factor principal en
el cáncer de colon y las enfermedades que cursan con inflamación intestinal.
2. La próstata, la vejiga y el útero no sufrirán los
estiramientos que ocasiona el sobreesfuerzo que hacemos cuando defecamos
sentados.
3. El músculo puborrectal que normalmente
cierra el recto, se relaja y permite el paso de las heces hacia el ano.
Los beneficios ya mencionados que se obtienen para la salud
del organismo a partir de la posición «en cuclillas» para defecar, ha dado origen
al diseño de dispositivos, que adaptados al inodoro moderno, nos ayuden a
regresar a la sana costumbre de defecar en la posición natural de cuclillas.
Estos dispositivos o adaptaciones especiales al inodoro,
permitirán que el cuerpo esté en una mejor posición de cuclillas y nos ayudará
a estar más cerca de lo ideal.
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