Niños sin apetito, que se niegan a comer o gritan, ensucian
toda la cocina, cierran la boca y derrumban todo el contenido de su plato
pueden convertir la hora de la comida en un verdadero martirio para los padres.
Este tipo de situación no huye de la normalidad, los niños
rechazan la comida por diferentes motivos, incluso para llamar tu atención. El
problema puede ser resuelto con mucha paciencia y cariño.
Ø
Hasta
los seis meses tu niño no tiene que ingerir nada más que leche materno, el
suple todas las necesidades nutricionales del pequeño.
Ø
Debes
ser un buen ejemplo, un niño puede no sentirse atraído por carne, por ejemplo,
pero aprenderá a comer y saborearla si en casa existe este habito. Por otro
lado, a tu hijo le puede encantar las frutas, pero si te ve a ti rechazando una
manzana con mala cara, quizás pierda este gusto.
Ø
No
insistas demasiado, la oferta de un volumen de alimentos más grande de lo que
el niño es capaz de comer, reduce el placer de la hora de la comida y aumenta
la ansiedad de los padres, no fuerces porque crees que el niño está comiendo
poco.
Ø
Prefiera
los alimentos básicos y vaya añadiendo, poco a poco, otros ingredientes y
sabores. Así, tu niño podrá conocer el color, sabor, textura de cada alimento.
Ø
Olvida
las técnicas para hacer los niños comer sin que siquiera se den cuenta, como
ofrecer comida con la tele encendida o con su juguete favorito al lado para
distraerlo. La hora de la comida es solo hora de la comida.
Ø
Si
hay algún alimento que tu hijo no quiere comer de ninguna forma, sustituya
por otro del mismo grupo nutricional. Por ejemplo, si ofreces brócoli y a él no
le gusta, hace escándalo y se niega a comer, prueba espinacas. Insistir en que
coma un alimentos muchas veces, puede reducir el placer de comer y acabar con
su apetito.
Ø
Puedes
cambiar también la forma de preparar, si tu hijo no quiere espinacas al vapor,
preuba añadir las hojas en un sándwich u omelette.
Ø
Ofrezca
comidas en raciones pequeñas y coloridas, separadas en el plato de forma
divertida. No ofrezca cremas mezcladas que no tienen color, ni sabor
definidos.
Ø
El
humor de los niños también cambia, si hoy no quiso
comer mitad del plato, compensa los nutrientes mañana.
comer mitad del plato, compensa los nutrientes mañana.
Ø
Alimento
no es recompensa, ni castigo. La vieja historia “si no comes, no ves la tele”
no es beneficiosa, los alimentos no pueden estar vinculados a sentimientos, ni
a premios. Los niños deben comer porque es bueno para su salud, por ejemplo,
deben comer zanahoria porque es buena para los ojos, pescado porque es bueno
para el cerebro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.