La voz es el sonido que se produce cuando el aire pasa desde
los pulmones a través de la laringe o caja de la voz. En la laringe se
encuentran las cuerdas vocales, dos bandas musculares que vibran para emitir
los sonidos y que se pueden lastimar con cierta facilidad. Para mantener una
voz sana los expertos recomiendan seguir algunas medidas saludables:
Ø No
hacer mal uso de la voz: La voz no es indestructible, por lo que hay que
intentar no gritar ni elevar la voz mucho cuando se está en ambientes ruidosos.
Si notamos que nuestra garganta se reseca mucho o que la voz se está volviendo
ronca debemos dejar de hablar.
Ø Dormir
suficiente: La voz es muy sensible a la falta de sueño. Dormir menos de seis
horas produce predisposición a padecer lesiones vocales.
Ø Llevar
una dieta con cantidades suficientes de vitaminas y minerales que permitan el
correcto estado de las mucosas.
Ø Beber
abundante agua para asegurar la humedad de las vías respiratorias y el correcto
funcionamiento de cuerdas vocales.
Ø Evitar
beber líquidos muy fríos o muy calientes que dañan la faringe y laringe
pudiendo afectar la voz. Intentar incorporar el hábito de consumir alimentos y
bebidas a temperatura ambiente.
Ø Evitar
las comidas picantes y el exceso de alcohol, pues ambos factores pueden
favorecer el reflujo desde el estómago hacia la laringe lo cual puede irritar
este último órgano, provocar molestias y afecciones vocales.
Ø Reducir
la exposición al humo del tabaco o ambientes con humo de otros orígenes, pues
irritan y producen sequedad en la laringe lo cual puede dañar severamente las
cuerdas vocales.
Ø Usar un
tono e intensidad de voz adecuada, sin gritar, murmurar ni carraspear con
frecuencia.
Ø Evitar
hablar cuando se padece enfermedades de las vías respiratorias altas, por
ejemplo: faringitis o laringitis, así como también debemos evitar hablar cuando
realizamos un esfuerzo o ejercicio físico, cuando el flujo de aire no es el
habitual.
Ø Evitar
las temperaturas ambientales extremas y los cambios bruscos en las mismas. El
aire acondicionado en exceso y la calefacción elevada resecan el ambiente y
también afectan la laringe.
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