El oro es un metal que presenta unas propiedades muy interesantes: no reacciona fácilmente con otras sustancias, por lo que no se deteriora con facilidad, no se oxida (lo que al fin y al cabo significa que no reacciona con el oxígeno), es un gran conductor de la electricidad y el calor, y es fácilmente maleable, cosa que permite hacer con él hilos, láminas y joyas de formas increíbles. Sin embargo, no es todo esto lo que le da su valor.
¿Qué lo hace tan caro? No sirve para comerlo, ni para beberlo, y no quita el frío… ¿Entonces? El principal motivo de que el oro sea tan caro, es el acuerdo de todos de que este metal es algo valioso. Su belleza hace que sin dudarlo cambiemos objetos y dinero por un pedazo de éste. Además, es un material escaso. Si fuera fácil encontrarlo, nadie compraría el oro que otros quisieran vender. De hecho, si fuera algo abundante no sería especial a nuestros ojos. Lo escaso, lo exclusivo, es más caro. Nadie se pone a fardar con un guijarro de la playa colgado del pescuezo; y eso que también pueden ser muy bonitos.
Es pues el acuerdo entre todos y su escasez, lo que hacen del oro un material tan valioso.
La palabra tesoro procede del latín thesaurus , y ésta a su vez del griego, thesaurus. No es extraño comprobar que la palabra “oro” (aurum, aurus) forma parte de este término.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.