¿Cómo se las apañan los animales para sobrevivir sin calefacción?
En este artículo te explicamos diferentes estrategias que han desarrollado los seres vivos para adaptarse al frío, ya sea de forma temporal o permanente. A lo largo de la evolución se han creado métodos muy curiosos e interesantes…
¿De sangre fría o de sangre caliente?
En función de la capacidad de regular su temperatura corporal, hablamos de animales de sangre fría o de sangre caliente. Esta distinción no hace referencia a su temperatura interior, si no más bien a las estrategias que utilizan para mantener estable la temperatura de su cuerpo independientemente de la temperatura exterior. Los homeotermos, conocidos como animales de sangre caliente, pueden mantener estable su temperatura corporal, aunque las condiciones exteriores cambien.
Lo consiguen utilizando la energía almacenada en su cuerpo. Los poiquilotermos no autorregulan su temperatura corporal: su temperatura se define según la temperatura exterior (están calientes cuando su medio ambiente está caliente y están fríos cuando su ambiente está frío). Estos organismos parecen fríos al tacto y por ello se conocen vulgarmente como animales de ‘sangre fría'.Y podríamos hablar de un tercer tipo, los heterotermos. Éstos regulan su temperatura interna a veces con mecanismos propios y otras veces con mecanismos externos. Con algunas excepciones, todos los mamíferos y aves son de sangre caliente (homeotermos), y todos los reptiles, insectos, arácnidos, anfibios y peces son de sangre fría (poiquilotermos).
Ante el frío, las formas importan

Otra estrategia adoptada por los animales de zonas frías es acumular una capa de grasa bajo la piel (llamada tejido adiposo subcutáneo) que actúa como aislante muy efectivo del frío. Así pierden aún menos calor. Las ballenas de zonas frías están tan bien aisladas del exterior, que se podrían ahogar de calor si por error se encontraran en los mares tropicales.
Y también podríamos hablar de comportamiento. Un hábito muy común en los mamíferos es enroscarse o aovillarse en tiempo de frío. Esto tiene dos ventajas: minimiza la superficie exterior expuesta al frío y protege la cara, los pies y el vientre que son las zonas del cuerpo por donde se pierde más calor.
Si no puedes con él, ¡huye de él!
Cada año, cientos de especies viajan de un lugar a otro en búsqueda de condiciones más favorables para alimentarse, encontrar refugio y reproducirse. Desde mariposas hasta ballenas, pasando por patos, flamencos y garzas. Esto podría considerarse una adaptación al frío…si no puedes con él… ¡huye de él!
¡A dormir toca!

La respiración y la frecuencia cardiaca bajan notablemente y la temperatura corporal puede caer hasta los 10ºC . Los animales que hibernan se refugian en sus madrigueras, revestidas con materiales aislantes, y encogen su cuerpo en una posición que les permite conservar la mayor cantidad posible de calor. Osos, roedores y murciélagos son algunos de los animales que optan por echarse un sueñecito cuando el frío empieza a apretar.
¿Por qué tiritamos?

Además, cuando baja la temperatura, por reflejo, el organismo reduce el flujo sanguíneo a nivel de la piel. Es decir, disminuye el diámetro de los vasos sanguíneos de la piel (lo que técnicamente se llama vasoconstricción cutánea). De este modo, se consigue que menos sangre circule cerca de la superficie, por donde es más fácil que se escape el calor. Esto explica por qué cuando tenemos frío la piel es de color blanco.
Combatir el frío en equipo

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