La Torre De Babel.Su Historia






Definida como una escalera entre el cielo y la tierra, la Torre de Babel figura en el texto del Génesis, donde se relata que los hombres, reunidos en la llanura de Shinear, después del Diluvio, resolvieron levantar una torre gigantesca. Dios (Yahvé), al ver lo que intentaban, obstaculizó sus planes "confundiendo sus lenguas" de modo que los obreros no pudieran entenderse entre sí. Al quedar incapacitados de trabajar de común acuerdo, los constructores abandonaron la empresa y se dispersaron en diferentes direcciones. La torre inconclusa y la ciudad edificada en torno a ella se llamaban Babel o Babilonia.


 

la leyenda de la torre reposa sobre una realidad. Existía en efecto en Babilonia una construcción de varios pisos, llamada zigurat de acuerdo al vocablo babilónico, de origen desconocido y que fue restaurada en tiempos de Nabopolasar (625-605 AC), fundador de la dinastía caldea.

Esta construcción se llamaba Etmennanki, "la mansión de lo alto entre el cielo y la tierra". Una inscripción que data del tiempo de Nabopolasar señala: "Marduk (el gran dios de Babilonia) me ha ordenado colocar sólidamente las bases de la Etmenanki hasta alcanzar el mundo subterráneo y hacer de este modo que su cúspide llegue hasta el cielo".

En otra inscripción, de los tiempos de Nabucodonosor, se precisa que la decoración de la cúspide estaba hecha de "ladrillos de esmalte azul brillante, es decir, adornada del color del cielo, perfectamente adaptado para dar la impresión de que el edificio se perdía en el azul infinito.


 
En el Génesis figura contrasentido cuando se dice que los constructores tenían malas intenciones. Sin embargo, aunque así hubiese sido, el relato bíblico mezcla además lo verdadero y lo falso. Según la leyenda, pueblos de distintas procedencias, que por lo tanto hablaban lenguas diferentes, trabajaron en la construcción del edificio. En otra parte, la inscripción de Nabucodonosor afirma. "A todos los pueblos de numerosas naciones yo los obligué a trabajar".




La leyenda de la confusión de las lenguas tiene un origen etimológico. El relator bíblico, que escribió posiblemente en tiempos del cautiverio de los israelitas en Babilonia, interpreta la palabra Babel en el sentido de "confusión", en este caso confusión de lenguas. Del mismo modo, los griegos, que no comprenden el lenguaje de los extranjeros y, en primer lugar de los persas, adoptan más tarde la costumbre de designarlos con el nombre peyorativo de "bárbaros".

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